Cuando estoy en un “momento demasiado“, tapada de cosas por hacer, me encanta ver artículos sobre decoración, es algo que siempre me gustó y me sirve como estrategia para salir de mi cotidianeidad y distraerme un poco.
El otro día, mientras miraba un living de estilo minimalista (que es uno de los estilos que más me gustan!) daba vueltas en mi cabeza la idea de encontrar una forma para “hacer menos” sin dejar de lado mis responsabilidades, obviamente.
Los que vienen siguiendo mi blog saben que me encantan los ejercicios que ayudan a entrenar nuestra inteligencia creativa, entonces me propuse unir dos conceptos que “aparentemente” parecían desconectados, así me surgió la idea de “minimalismo emocional“.